
Esa plaza vacía y el pastor en sintonía con el mundo
A cinco años de la Statio Orbis para la oración en tiempo de pandemia Andrea Tornielli Han pasado cinco años […]
jueves 27 marzo, 2025
Escúchanos en VIVO las 24 horas del día!!!
Radio El Salvador
Obispo y Mártir, 24 de septiembre
Martirologio Romano: En Panonia (hoy Hungría), san Gerardo Sagredo, obispo de la sede de Morisena (hoy Csanad) y mártir, que fue preceptor de san Emerico, príncipe adolescente hijo del rey san Esteban, y en una sedición de húngaros paganos murió apedreado cerca del río Danubio († 1046).San Gerardo, algunas veces llamado Sagredo, fue el apóstol de un vasto distrito de Hungría.
Era originario de Venecia, donde nació a principios del siglo once. Desde muy joven, se consagró al servicio de Dios en el monasterio benedictino de San Giorgio Maggiore en Venecia, pero al cabo de algún tiempo, abandonó el convento para hacer una peregrinación a Jerusalén.
Al pasar por Hungría, conoció al rey San Esteban, a quien impresionaron tanto las cualidades de Gerardo, que lo retuvo para que fuese el tutor de su hijo, el Beato Emeric. Al tiempo que ejercía sus funciones de educador, el santo predicó la palabra de Dios con mucho éxito. Cuando San Esteban fundó la sede episcopal de Csanad, nombró a Gerardo como su primer obispo. La gran mayoría de los habitantes del lugar eran paganos, y los pocos que llevaban el nombre de cristianos, eran ignorantes, salvajes y brutales, pero San Gerardo trabajó entre ellos con tan buenos frutos que, en poco tiempo, el cristianismo progresó considerablemente. Siempre que le era posible, unía Gerardo la perfección en su desempeño de la tarea episcopal con el recogimiento de la vida contemplativa que le fortalecía para continuar con sus funciones. Además, Gerardo fue investigador y escritor; entre sus obras figura una inconclusa disertación sobre el Himno de los Tres Jóvenes (Daniel III) y otros escritos que se perdieron con el correr del tiempo.El rey Esteban secundó el celo del buen obispo en tanto que vivió, pero a su muerte, ocurrida en 1038, el reino quedó en la anarquía a causa de las disputas por la sucesión al trono y, al mismo tiempo, estalló una rebelión contra el cristianismo.
Las cosas iban de mal en peor, hasta el extremo de que, virtualmente, se declaró una abierta persecución contra los cristianos. Por entonces, Gerardo, que celebraba la misa en la iglesita de una aldea junto al Danubio, llamada Giod, tuvo la premonición de que aquel mismo día habría de recibir la corona del martirio. Terminada la visita a la aldea, el obispo y su comitiva partieron hacia la ciudad de Buda.
Ya se disponían a cruzar el río, cuando fueron detenidos por una partida de soldados al mando de un oficial, idólatra recalcitrante y acérrimo enemigo hasta de la memoria del rey Esteban. Sin mediar palabra, los soldados comenzaron a lanzar piedras contra San Gerardo y sus gentes, que se hallaban dentro de la barca, amarrada a un pilote. Algunos de ellos se metieron al agua, volcaron la embarcación y sacaron a rastras al santo obispo. Asido a los brazos de sus captores, se incorporó hasta ponerse de rodillas y oró en voz alta con las palabras de San Esteban, el Protomártir: «¡Señor, no les toméis en cuenta esta culpa!» Apenas había pronunciado estas palabras cuando le atravesaron el pecho con una lanza.
Noticias
A cinco años de la Statio Orbis para la oración en tiempo de pandemia Andrea Tornielli Han pasado cinco años […]
jueves 27 marzo, 2025
La visita de Monseñor Polito Rodríguez Méndez a la parroquia Inmaculada Concepción de Barquisimeto fue un evento cargado de espiritualidad […]
miércoles 26 marzo, 2025
la imagen de la divina Pastora esta recorriendo las parroquias y capillas de la arquidiócesis de Barquisimeto . DEL 25 […]
martes 25 marzo, 2025
Videos
viernes 1 noviembre, 2024
Audios
lunes 30 octubre, 2023
lunes 30 octubre, 2023
domingo 29 octubre, 2023